De la grabación de audio se entiende como un proceso técnico tanto para el músico, como para el equipo técnico (valga la redundancia) encargado del registro. Técnico por su requerimiento de precisión en la ejecución, acorde al género musical que se esté abordando, indiferentemente del instrumento.
Sin embargo, debemos recordar que cuando grabamos audio, registramos energía que proviene del cuerpo humano. Nuestros cuerpos son una compleja mezcla de acciones y emociones (físicas y psicológicas). He allí la magia de plasmar un momento único en una canción. La tarea fundamental del productor es conocer a fondo el universo de cada músico involucrado en una producción. Me refiero a la psicología de la persona detrás del instrumento. Muchas veces depende de esta labor el éxito del producto final.
Para ser más preciso, es vital generar un balance entre exigencia técnica y libertad creativa (feeling) en una sesión de grabación.
En la foto, Renzo Pacheco (baterista de sesión) durante la grabación para Pipi Of Monky.
Foto por Sofía Reátegui.
Diciembre de 2019.
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